Nieve oscura

0 comments | in | about Aventura | diciembre 3, 2022

¿Recuerdas los libros de «Elige tu propia aventura»? Yo sí, con mucho cariño.

He tenido una idea curiosa: utilizar ChatGTP 🤖 de OpenAI para que vaya escribiendo automáticamente una historia a lo «Elige tu propia aventura», y a la vez, ir ilustrándola mediante IA artificial con MidJourney 🎨 .

Y lo más divertido: ¡las decisiones las tomaréis vosotros con votaciones en Twitter!

Todos los textos que leáis y todas las imágenes estarán 100% generadas por IA. Y vosotros iréis eligiendo las acciones que tomará Alicia, perdida en un siniestro lugar remoto de la Antártida. Ni siquiera yo sé qué va a ocurrir dado que todo lo que va a pasar lo inventará una IA.

¿No te vuela la cabeza? 🤯

https://twitter.com/javilop/status/1598612233214230528

Nieve oscura

Si te has enganchado a la historia en Twitter a mitad, aquí puedes leerla desde el comienzo.

La tormenta de nieve golpeaba con fuerza contra el helicóptero, haciendo que Alicia tuviera que aferrarse con fuerza al asiento para no ser sacudida. La radio estaba muerta y no había señal de socorro.

«¡Tenemos que aterrizar ahora mismo!» gritó el piloto a través del ruido ensordecedor del viento.
Alicia asintió con la cabeza, sabiendo que no tenían otra opción. El helicóptero comenzó a
descender lentamente hacia la blanca y desolada superficie de la Antártida.

De repente, el aparato dio un fuerte bandazo y Alicia sintió un fuerte golpe en la cabeza. Cuando volvió en sí, se encontró tendida en la nieve, rodeada de escombros del helicóptero. Miró a su alrededor y vio que el piloto yacía inmóvil a unos metros de ella.

Alicia se puso en pie con dificultad, tambaleándose por el viento aullante y la nieve que caía en torbellinos. A lo lejos, pudo ver la silueta de la base científica, la única señal de civilización en kilómetros a la redonda.

Tenía que llegar allí, pero ¿cómo?

Alicia tomó una decisión y comenzó a caminar hacia la base científica. La tormenta de nieve la azotaba con fuerza, haciendo que cada paso fuera una lucha. La visibilidad era casi nula y solo podía seguir avanzando gracias a la silueta de la base que se veía a lo lejos.

Finalmente, después de lo que le pareció una eternidad, llegó a las puertas de la base. Con las manos temblorosas, buscó desesperadamente el mecanismo para abrirlas, pero estaba congelado.

«¡Maldición!» gritó Alicia, dando un puñetazo en la puerta de metal.

De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se volvió y vio una figura cubierta de nieve avanzando hacia ella. ¿Era uno de los científicos desaparecidos? ¿O algo peor?

Alicia se enfrentó a la figura, decidida a descubrir lo que había pasado en la base. Se acercó lentamente, con la mirada fija en la figura cubierta de nieve. Cuando estuvo a unos metros, pudo ver que se trataba de uno de los científicos desaparecidos.

«¡Gracias a Dios estás aquí!» exclamó el hombre, con una voz temblorosa. «Somos los únicos sobrevivientes. Los otros… están muertos. Asesinados por algo… algo terrible que hay en la base».

Alicia sintió un escalofrío recorrerle la espalda. ¿Qué clase de horror se escondía en la base científica?

Alicia decidió investigar lo que había sucedido en la base. Pidió al científico que abriera la puerta y entraron juntos. La base estaba en silencio, salvo por el sonido del viento aullando en el exterior.

Caminaron por los pasillos iluminados por la luz parpadeante de las lámparas de emergencia. En cada habitación encontraron muebles volcados y objetos rotos, como si hubiera habido una lucha. Pero no había señales de vida, ni humanas ni animales.

Finalmente, llegaron a la sala principal de la base, donde encontraron a los cinco científicos restantes, todos ellos muertos. Sus cuerpos estaban desfigurados, como si hubieran sido atacados por algo feroz y brutal.

Alicia sintió náuseas al ver la escena y se tapó la boca con la mano. Pero entonces escuchó un ruido detrás de ella. Se volvió y vio una figura cubierta de sangre avanzando hacia ella.

«¡Oh, Dios mío!» gritó el científico, retrocediendo.

Alicia se quedó paralizada, sin saber qué hacer. ¿Qué era esa cosa y cómo había sobrevivido a la tormenta de nieve?

Alicia decidió buscar un arma para defenderse contra la figura. Miró a su alrededor frenéticamente, buscando algo con lo que poder defenderse. Finalmente, vio una barra de hierro en un rincón de la sala. La agarró con fuerza y se volvió hacia la figura, que seguía avanzando hacia ella.

Cuando estuvo a unos metros, Alicia pudo ver que se trataba de uno de los científicos, pero su cuerpo estaba deformado y cubierto de heridas. Tenía la mirada vacía y los labios retorcidos en una mueca de locura.

«¡Aléjate de mí!» gritó Alicia, levantando la barra de hierro.

La cosa se detuvo un momento y luego se lanzó hacia ella. Alicia golpeó con fuerza, pero la cosa no parecía sentir dolor. Continuó avanzando, intentando atraparla con sus manos ensangrentadas.

Alicia luchó con todas sus fuerzas, golpeando y pataleando, pero la cosa parecía indestructible.

La figura cubierta de sangre se abalanzó sobre Alicia una vez más, buscando la yugular, pero ella estaba preparada. Con un grito de determinación, levantó la barra de hierro y la golpeó en la cabeza. La cosa se tambaleó, pero no cayó.

Alicia volvió a golpear, esta vez en el torso. La cosa gruñó y retrocedió unos pasos, pero aún no caía.

Alicia no podía creerlo. ¿Qué clase de monstruo era ese? Pero no tenía tiempo para preguntárselo. La cosa volvió a atacar, sus garras buscando su carne.

Alicia intentó golpear de nueva a la criatura pero falló el golpe. Ahora se encontraba cara a cara con aquel ser, y puedo sentir el aliento caliente y hediondo sobre su rostro. Era un muerto viviente, con un cuerpo deformado y cubierto de heridas, y dientes afilados y garras que parecían capaces de cortar acero.

Reaccionando por fin, el científico superviviente se puso a su lado, tratando de protegerla con su cuerpo. Pero el zombie se abalanzó sobre ellos con un rugido, lanzando a Alicia al suelo.

El científico forcejeó con el muerto viviente, intentando distraerlo y darle tiempo a Alicia para escapar. Pero el zombie era demasiado fuerte y pronto el científico yacía en el suelo, sangrando y sin aliento.

Alicia se levantó y miró al zombie, sabiendo que era su última oportunidad. Con un grito de determinación, agarró una barra de hierro y se lanzó sobre el muerto viviente.

Los golpes resonaron en la sala mientras Alicia luchaba con todas sus fuerzas. Finalmente, cuando el zombie ya estaba debilitado y sin aliento, Alicia le dio el golpe final, chafando la cabeza del muerto viviente con la barra de hierro.

El zombie cayó al suelo con un fuerte estruendo, y Alicia se dejó caer junto a él, sin aliento y cubierta de sudor y sangre.

Al mirar al científico, vio que ya no respiraba. Una lágrima resbaló por su rostro mientras se daba cuenta de que había perdido a su compañero y protector.

Pero ella aún estaba viva, y eso era lo que importaba ahora. Con una determinación renovada, Alicia se levantó y comenzó a buscar una forma de escapar de esa base maldita antes de que algo más viniera a por ella.

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